El bruxismo es una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo, y aunque muchas veces pueda pasar desapercibido, tiene consecuencias negativas para la salud bucal y el bienestar en general.
En este artículo, desde nuestra clínica dental en Fuente Álamo, queremos ayudarte a entender qué es el bruxismo, por qué ocurre, cómo identificarlo, y sobre todo, cómo tratarlo de manera eficaz para mejorar tu salud bucodental y tu calidad de vida.
¿Qué es el bruxismo?
El bruxismo es un acto involuntario que consiste en apretar, rechinar o frotar los dientes de manera involuntaria. Aunque también puede suceder durante el día, el bruxismo nocturno es el más frecuente y difícil de detectar, ya que ocurre mientras dormimos.
Este hábito puede parecer inofensivo al principio, pero a largo plazo puede provocar daños en los dientes, dolores musculares, problemas en la articulación temporomandibular (ATM) e incluso afectar a la calidad del sueño.
¿Por qué apretamos los dientes por la noche?
El origen del bruxismo no siempre es fácil de identificar, ya que puede deberse a múltiples causas. Aun así, algunas de las más comunes son:
El factor más frecuente asociado al bruxismo es el estrés emocional. Durante periodos de alta tensión o ansiedad, es común que el cuerpo manifieste ciertas respuestas involuntarias como apretar o rechinar los dientes. Es una forma inconsciente que tiene el cuerpo de liberar tensión.
El insomnio, los despertares frecuentes, o incluso la apnea del sueño, suelen estar relacionados con el bruxismo nocturno. Hay estudios que asocian estos trastornos con una mayor actividad muscular en la mandíbula por la noche. En estos casos, suele formar parte de un cuadro más amplio que requiere atención médica multidisciplinar.
Cuando los dientes no encajan correctamente al cerrar la boca (lo que comúnmente se conoce como mala mordida), la mandíbula puede intentar “corregir” inconscientemente esa desalineación, apretando los dientes.
El consumo de cafeína en exceso, alcohol, tabaco o incluso algunos medicamentos (como antidepresivos), puede incrementar el riesgo o desencadenar el bruxismo. También se ha observado en personas que suelen morderse las uñas o masticar objetos como bolígrafos.
En algunos casos, el bruxismo puede estar relacionado con trastornos neurológicos o tener un componente genético, especialmente si hay antecedentes familiares.
¿Cómo saber si sufres bruxismo?
El gran problema del bruxismo es que muchas personas no son conscientes de que lo padecen hasta que aparecen síntomas o daños visibles. Aun así, hay varios síntomas que pueden ayudarte a identificarlo:
- Te despiertas con dolor o rigidez en la mandíbula.
- Dolor o sensibilidad en los dientes sin causa aparente.
- Dolores de cabeza fuertes (especialmente por la mañana).
- Desgaste del esmalte dental.
- Sensación de dolor muscular en el cuello, hombros o espalda alta.
- Trastornos del sueño o sensación de no haber descansado bien.
Ante cualquiera de estos síntomas, lo ideal es acudir a una revisión. Un diagnostico a tiempo puede evitar problemas mayores en dientes, encías y articulaciones.
Tratamiento para el bruxismo
El tratamiento del bruxismo dependerá de su causa, de la intensidad de los síntomas y de los daños que haya podido causar. Aunque no existe una “cura” definitiva, hay tratamientos muy efectivos que ayudan a reducir los síntomas, proteger los dientes y mejorar la calidad de vida.
Férula de descarga
Es el tratamiento más común y consiste en una férula personalizada de resina acrílica que se coloca sobre los dientes mientras se duerme. Esta férula protege los dientes del desgaste, disminuye la presión en la mandíbula y ayuda a relajar los músculos faciales.
Tratamiento del estrés y la ansiedad
Cuando el origen del bruxismo se debe al estrés, aprender a gestionarlo puede ser clave para reducir sus efectos. Actividades como la meditación, el yoga o incluso la terapia psicológica han demostrado ser útiles para reducir la ansiedad.
Fisioterapia y ATM
En los casos donde el bruxismo ha afectado a la articulación temporomandibular (ATM), puede ser necesario trabajar con un fisioterapeuta especializado. Mediante masajes, ejercicios y técnicas de liberación, se alivia la sobrecarga muscular y se mejor el movimiento mandibular.
Corrección dental u ortodoncia
Si el bruxismo está relacionado con una mala alineación dental, puede ser necesario corregirla con ortodoncia. La ortodoncia no soló reduce el problema de rechinamiento dental, sino que también mejora la estética y funcionalidad de la dentadura.
Bótox terapéutico
En casos graves o cuando no hay mejora con férulas, puede usarse bótox para relajar los músculos maseteros responsables del bruxismo. Es un procedimiento seguro y cada vez más utilizado en odontología, aunque requiere de control profesional.
Cambios en el estilo de vida
Adoptar buenos hábitos antes de dormir puede mejorar la calidad del sueño y reducir la intensidad del bruxismo nocturno. Algunas herramientas útiles son: Mantener horarios regulares de sueño, dormir en un entorno oscuro y silencioso, y evitar cenas pesadas, cafeína y pantallas antes de acostarse.
Consecuencias de no tratar el bruxismo
Si no se trata el bruxismo a tiempo, pueden surgir complicaciones importantes a largo plazo como:
- Desgaste dental severo y fracturas dentales
- Problemas en la articulación temporomandibular (ATM)
- Dolores crónicos de cabeza y cuello
- Trastornos del sueño y fatiga diurna
- Necesidad de tratamientos más complejos como coronas, carillas o implantes.
Por eso, es importante actuar a tiempo y acudir al dentista ante los primeros síntomas.
El bruxismo es un problema común, pero muchas veces pasa desapercibido. Si sientes molestias en la mandíbula al despertar, dolores de cabeza o notas que tus dientes están más sensibles o desgastados, no lo dejes pasar.
En Clínica Dental San Agustín contamos con un equipo de profesionales especializado para diagnosticar y tratar el bruxismo de manera integral. Desde férulas personalizados hasta técnicas de relajación, te ayudamos a recuperar tu bienestar.
